Han sido varias y fuertes las tormentas que me he topado en el cruce y mi bandera de México ha sufrido la fuerza del viento, tuve que retirarla para evitar perderla pues colgaba ya de un delgado hilo sujeto al poste de mi luz de navegación…En el puerto hay un conocido lugar para reparar velas para barcos y me pareció buena idea buscar allí ayuda para reforzarla. Un taller gigantesco con todo tipo de materiales, donde había velas, telas, hilos, gigantescas máquinas de coser, herramientas especializadas, entre el caos y el orden. Fue entonces que tuve la fortuna de conocer a Franklin Braithwaite, quien mientras le agregaba a la bandera excelentes refuerzos me platicó de su experiencia en los juegos olímpicos de Barcelona en 1992. Una gran persona de amplia sonrisa que además de un buen momento me obsequió su tiempo y experiencia. Afuera llovía a cántaros.
Ahora estoy seguro que la bandera resistirá sin problemas hasta llegar a Cancún sea cual sea el viento con el que me toque navegar.

Un golpe de remo a la vez en la dirección correcta.
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MesoAmerican Reef Tourism Initiative The Nature Conservancy.